
ZACARIAS: VOLVEOS A MI Y YO ME VOLVERE A VOSOTROS
Al libro de ZacarÃas se le ha llamado el Apocalipsis del Antiguo Testamento. Al igual que el libro que lleva el mismo nombre, ZacarÃas es un libro de profecÃa. Su tema es exponer el programa de Dios, que es también el tema del libro de Apocalipsis. La diferencia consiste en que en ZacarÃas Israel ocupa el primer plano y las naciones gentiles el lugar secundario, mientras que en el libro de Apocalipsis las gentiles naciones ocupan el primer plano y el eslabón que las une es la nación de Israel.
El primer versÃculo de ZacarÃas revela de una manera muy interesante este punto central sobre la nación de Israel:
"En el mes octavo del segundo año de DarÃo, vino la palabra de JEHOVA al profeta ZacarÃas, hijo de BerequÃas, hijo de Ido..."
Normalmente leemos estos primeros versÃculos sin pensar en ellos como si tuviesen alguna importancia, pero recordemos que los nombres hebreos significan algo. Posiblemente los ejemplos más destacados del significado de los nombres hebreos sea Matusalén, el hombre más anciano que jamás haya vivido. Su nombre significa "cuando él muera vendrá y cuando él falleció, vino la inundación, tal y como profetizaba su nombre.
Aquà tenemos tres nombres que son altamente significativos. ZacarÃas quiere decir "Dios recuerda y BerequÃas, el nombre de su padre, significa "Dios bendice y el nombre de su abuelo Ido quiere decir "el tiempo fijado. Ese es el tema del libro de ZacarÃas, que es un libro que sirve de estÃmulo al pueblo de Israel.
ZacarÃas era contemporáneo de Hageo, uno de los profetas que llevó a cabo su ministerio entre el remanente que habÃa regresado después de haber estado cautivo en Babilonia. Aunque estaban de regreso en Jerusalén, reconstruyendo el templo y la ciudad, seguÃan siendo vasallos de Babilonia, sometidos aún a las naciones gentiles que les rodeaban, sin demasiada esperanza para el futuro. Era una época desalentadora, deprimente y un espÃritu de amargo pesimismo se habÃa apoderado de aquellas gentes y ZacarÃas viene a ellos en medio de su depresión, con este anuncio que se encuentra incluso oculto en su nombre y en los de sus antepasados: Jehová bendice, Jehová recuerda y el tiempo fijado. ¡Qué gran estÃmulo debieron producir estos nombres!
Al principio del primer capÃtulo hay una breve reseña acerca del libro. Esto sucede con frecuencia en la Biblia y si busca usted estas breves introducciones, con frecuencia podrá encontrar un breve resumen del mensaje del libro en sus primeras secciones. Aquà se divide de una manera dramática mediante el nombre de Dios, Jehová de los Ejércitos, que es uno de los nombres habituales de Dios. Jehová de los Ejércitos, es decir, el Dios de las masas, el Dios de todos los ejércitos, ya sean ejércitos de ángeles, de humanos o también ejércitos demoniacos, sin que haya diferencia alguna. También a las estrellas se las llama ejércitos o huestes. Este es el Dios que es soberano sobre todas las masas, sean las que sean y este nombre se repite tres veces (versÃculos 2 y 3):
"JEHOVA se enojó en gran manera contra vuestros padres. Pero diles que asà ha dicho JEHOVA de los Ejércitos: Volveos a mi y yo me volveré a vosotros; ha dicho JEHOVA de los Ejércitos."
Ese nombre se repite tres veces. Lo que se dice antes de cada una de estas repeticiones marca las diferentes partes de este libro, que se divide en tres breves secciones. La primera de ella se incluye en:
"JEHOVA se enojó en gran manera contra vuestros padres."
Eso marca la primera división, que comprende solo los primeros seis versÃculos, que describen el enfado de Dios con su pueblo. Luego tenemos:
"Volveos a mi."
Y eso marca la segunda división, que abarca del capÃtulo 1, versÃculo 7, hasta el capÃtulo 6, versÃculo 15, hablando acerca de cómo Dios libera a su pueblo. Luego, en el capÃtulo 7 hasta el 14, encontramos la tercera división que es la exposición de estas palabras:
"y yo me volveré a vosotros."
Asà es como hace Dios las cosas siempre. Si se da usted cuenta de que se está apartando de su presencia y, como resultado de ello, su fe se está debilitando, se siente usted desanimado, derrotado y expuesto a toda clase de tentaciones y se siente presa de toda clase de malos pensamientos, ¿qué debe hacer usted? "Volveos a mi dice el Señor, "y yo me volveré a vosotros. Si desea usted que Dios regrese a su vida, con toda la gloria de su presencia, entonces vuelva a él. Esa es siempre la fórmula.
Como ya he indicado, los primeros seis versÃculos no son más que un breve resumen de la pelea de Dios con su pueblo, con el hecho de que le han hecho sentirse disgustado, como hemos visto en todo el Antiguo Testamento, algo en lo que no necesitamos extendernos. Dios se siente siempre disgustado cuando su pueblo le da la espalda, tanto si se trata de Israel, el pueblo de Dios, como si se trata de su pueblo de la iglesia.
Y comenzando con el versÃculo siete, el profeta recibe una visión totalmente asombrosa. Una visión que se divide en una serie de ocho, que fueron dadas a ZacarÃas la misma noche, y también se dividen en varias partes principales. Estas tres divisiones son como tres actos en una gran obra teatral, que le fueron reveladas al profeta. Puede usted pensar en ellas como "El Programa de la Primera Noche de Dios porque todas las vio el profeta en una sola noche. Al leerlas, podemos imaginarnos que hemos sido invitados a asistir a esta obra teatral dramática que Dios le esta mostrando al profeta. Dios es el autor, ZacarÃas es el productor y nosotros somos el público.
La visión abarca el tiempo de los dÃas de ZacarÃas hasta el presente, hasta la venida del Señor. El primer acto está compuesto por dos visiones. Una es una visión de un vigilante que está cuidando de la gente del valle. El que vigila cabalga sobre un caballo y con él están reunidos otros jinetes que cabalgan también sobre caballos. Y el ángel del Señor interpreta la visión para el profeta. El significado de esto es sencillamente que Israel era el pueblo que se encontraba en el valle, simbolizado para nosotros aquà como un arbusto de mirto, que se daban cuenta de que se encontraban en un lugar de sombras. Era un tiempo de desesperación y de dÃas difÃciles, pero ellos no se daban cuenta, de lo que el profeta les estaba revelando, del invisible que estaba contemplando todo el procedimiento y veÃa lo que estaba pasando y tenÃa consigo los grandes recursos para hacer frente a sus necesidades en aquella hora de desesperación.
La segunda visión en el primer acto nos habla acerca de cuatro mirtos u obreros, de hecho, carpinteros. Era una visión de cuatro cuernos y cuatro herreros. Esto también se lo interpretan al profeta. Ve que al igual que los jinetes de la visión anterior, que estos son agentes divinos, posiblemente ángeles, que han sido enviados para aterrorizar a las naciones. Asà que vemos que esta es una imagen de la necesidad desesperada de Israel de volver a Dios. Israel se sentÃa desanimada ante el despliegue de los poderes y las fuerzas que se oponÃan a ella, pero lo que no podÃa ver era los recursos, pues no eran conscientes de los agentes divinos que estaban allà para actuar a su favor y eso fue lo que Dios les reveló.
Asà que cae el telón al final del Primer Acto, y en el segundo capÃtulo se levanta de nuevo antes del Segundo Acto, que es una sola visión. Es la visión de un hombre que tiene una cuerda de medir en su mano y que salió con el propósito de medir la ciudad de Jerusalén y al hacerlo, el ángel que interpretaba le dijo al profeta (versÃculos 4-5):
"Jerusalén será habitada sin muros a causa de la multitud de la gente y del ganado que habrá en medio de ella. Y yo seré para ella un muro de fuego alrededor y estaré en medio de ella con su Gloria, dice Jehová."
A esto le sigue una preciosa descripción de los dÃas de bendición que habrán de tener lugar en Israel y que se cumplirán literalmente al ser traÃda de nuevo Israel a una situación de bendición en la tierra de Israel.
Esa es un a imagen de la promesa de Dios para aquellos que vuelven, siendo siempre una imagen de bendición. Volved y las bendiciones fluirán por haber regresado, porque Dios es el centro de bendición y la bendición no puede venir de ningún otro lugar. Si su vida está vacÃa, si necesita usted a Dios, si es un cristiano y su vida sigue vacÃa, necesita usted volver a Dios porque es de sus recursos de donde vienen las bendiciones. El hombre con la cuerda de medir es sencillamente un sÃmbolo muy descriptivo de la bendición ilimitada y sin medida que Dios está dispuesto a derramar sobre la vida de todo aquel que regresa a tener una relación con él.
El Tercer Acto comienza con cinco visiones más. Aquà tenemos el camino para poder regresar a Dios, representado para nosotros en cinco visiones. En la primera escena, aparece Josué el sumo sacerdote, ante la presencia de Dios. Oponiéndose a Josué está Satanás, el adversario y entonces el pueblo podÃa ver al adversario. SabÃan que Satanás estaba en contra de ellos, pero lo que no podÃan ver era al defensor, a aquel que estaba junto a ellos para actuar a su favor, atendiendo a sus necesidades. Luego vemos, en esta visión maravillosa y conmovedora, cómo Josué es limpiado, quitándole sus vestiduras sucias y ataviándole con vestiduras nuevas y limpias y se hace la afirmación de que Dios harÃa esto sencillamente porque deseaba hacerlo. "He escogido a Jerusalén dice, de la misma manera que lo dice acerca de nosotros. ¿Por qué nos bendice? Porque asà lo ha deseado.
Y en la última parte de este capÃtulo 3 hay una maravillosa visión futura acerca de la obra de Cristo en la cruz (versÃculo 8):
"Escucha, pues, oh Josué, sumo sacerdote; tú y tus amigos que se sientan delante de ti, puesto que son hombres de carácter simbólico: he aquà yo traigo a mi siervo, el Retoño. Porque he aquà que yo mismo grabaré aquella piedra que he puesto delante de Josué (sobre esta única piedra hay siete ojos), dice JEHOVA de los Ejércitos, y quitaré la iniquidad de la tierra en un solo dÃa."
Esta es una maravillosa profecÃa de la venida de aquel que serÃa el siervo de Jehová, el Retoño. De aquel que tendrÃa las marcas de la crucifixión y que serÃa el instrumento gracias al cual la culpa de la tierra serÃa eliminada en un solo dÃa. Y en ese dÃa fluirÃa la bendición como la manifestación del derecho que tiene Dios a limpiar al pecador sin acusarle, sin culparle y sin condenarle. La limpieza es el primer paso para regresar.
Luego, en la Segunda Escena, vemos lo que sigue a la limpieza de Dios, el poder del EspÃritu Santo, en la visión del candelabro y el olivo, que representa la vida llena del EspÃritu. El aceite se refiere siempre al EspÃritu Santo y aquà habÃa olivos de los que estaba continuamente goteando el aceite de sus ramas y cayendo en un candelabro y ardÃa con fuerza. ¡Qué maravilloso simbolismo del hecho de que el Señor, que mora en nuestro interior, está continuamente supliendo esa fortaleza interna que hace posible que nosotros brillemos con fuerza como luces en medio de una generación oscura.
La Tercera Escena empieza con un rollo, un rollo gigantesco con escritura a ambos lados y con maldiciones contra los ladrones y los que blasfeman entre el pueblo, que es una imagen del juicio de Israel, la proclamación de la ley en medio de la corrupción. En aquel entonces podÃan ver la corrupción, pero no la ley. De modo que en esos momentos Dios los anima en la hora de oscuridad, cuando todo cuanto podÃan ver era la corrupción y todo se viene abajo. Lo que no eran capaces de ver era la agencia de Dios obrando para traer una maldición sobre la anarquÃa para acabar con ella.
En la Cuarta Escena, ZacarÃas ve a una mujer con un efa. Un efa es como una gran cesta y mientras contemplaban el profeta y el ángel, le fueron dadas alas a la cesta y voló hacia la tierra de Babilonia. ¿Qué significa esto tan extraño? ¡Si tuviera usted una visión asà se preguntarÃa qué habÃa cenado la noche anterior! Pero el profeta sabe que le ha sido dado una visión que es importante. Al meditar acerca de ella, la entiende porque contiene términos que se usan en otros lugares de las Escrituras. Siempre que la mujer aparece en las Escrituras de manera simbólica, hay una referencia a algo que está mal en el ámbito de la religión. (Eso no es algo que yo haya inventado, sino las Escrituras.) Aquà tenemos, pues, la imagen del juicio de una fe falsa, de una iglesia falsa, de una manera muy parecida a como aparece en Apocalipsis, donde una mujer que representa a la falsa iglesia recibe el nombre de Babilonia la grande. ZacarÃas ve la misma cosa: la manera de juzgar Dios la religión falsa e hipócrita.
Y en la escena final, el profeta ve cuatro carros que cabalgaban sobre la tierra, de manera muy parecida a la visión de Apocalipsis de los cuatro jinetes que cabalgan y traen el juicio sobre el mundo. Baja, pues, el telón sobre este gran drama de la redención del futuro. Es la gran representación simbólica de Dios sobre el camino de regreso a él, primero la limpieza, luego el ser lleno del EspÃritu Santo, el dejar de lado el mal en sus diversas formas y finalmente el juicio de toda la tierra al hacer Dios que el mal cometido por los hombres sea traÃdo ante su trono de juicio.
El capÃtulo 7 marca una nueva división en el libro y en este capÃtulo encontramos a Dios hablando de una manera diferente. En lugar de usar visiones, habla al profeta de una manera directa. Lo más importante de esta sección es el anuncio del profeta en el capÃtulo 8, versÃculo 3:
"Asà ha dicho JEHOVA: Yo he vuelto a Sion y habitaré en medio de Jerusalén. Jerusalén se llamará Ciudad de Verdad y el monte de JEHOVA de los Ejército, el Monte de Santidad."
Aquà tenemos una imagen de Dios habitando en medio de su pueblo, algo que un dÃa se cumplirá en la tierra. En la tierra de Israel, está teniendo lugar lo que ha sido profetizado y tendrá lugar un acontecimiento sorprendente tras otro. El regreso a Jerusalén del control judÃo ha preparado el camino para la reconstrucción del templo en su antiguo emplazamiento. Hace ya muchÃsimo que las Escrituras vienen anunciando que esta será la primera señal de que Dios estaba a punto de moverse y restaurar de nuevo a Israel para que ocupe su lugar entre las naciones.
Asà que podemos leer en esta sección con un gran interés porque es una imagen de algo histórico que está teniendo lugar, pero lo podemos leer incluso con más interés por lo que simboliza espiritualmente en nuestras vidas: Dios está en medio de nosotros. ¿Cuál será el resultado? Dios habitando en nosotros, renovando nuestro hombre interior y una fuente de bendiciones que se derramará en nuestra vidas, haciendo que demos fruto, que seamos efectivos y una bendición para todos aquellos con los que entramos en contacto. Esa es la imagen de estas últimas escenas.
Los capÃtulos 7 y 8 se unen en una súplica que le hace Dios al pueblo para que sean sinceros y se abran ante él. Es una vez más un ensayo de los fracasos a su vista y luego un recordatorio de que mientras él no falla en su misericordia y en su gracia, él no cambia en sus principios, supliendo siempre lo que es necesario, pero no baja nunca el nivel de sus principios. El pueblo reacciona como lo hacen las personas con frecuencia, de estas tres maneras; primero (capÃtulo 7, versÃculo 11):
"Pero no quisieron escuchar. Mas bien se encogieron de hombros rebeldemente y taparon sus oÃdos para no oÃr."
Ese es el primer paso, hicieron como si no oyesen y luego (versÃculo 12):
"Y endurecieron su corazón como un diamante para no oÃr la ley ni las palabras que JEHOVA de los Ejércitos enviaba por su EspÃritu, por medio de los antiguos profetas..."
Desobedecieron deliberadamente y finalmente, comenzaron a portarse como hipócritas. El capÃtulo empieza con una pregunta hecha por el pueblo: "¿Continuaremos con las fiestas que comenzamos en Babilonia? Y la palabra de Dios a ellos fue: "¿por qué estáis haciendo esto? ¿Estáis celebrando estas fiestas porque deseáis adorar o sencillamente como una representación religiosa?
Estas son algunas de las maneras que adoptamos para eludir la voluntad de Dios actualmente. Recuerdo que hace años mi esposa le dijo a una de mis hijas que se pusiese un vestido verde. Era interesante observarla. Al principio hizo como si no hubiera oÃdo. Luego cuando su madre le repitió su petición varias veces, se rebeló abiertamente contra ella diciendo: "No, no quiero ponerme ese vestido. Y luego, cuando parecÃa como si se lo tuviese que poner, fue a su madre y le dijo: "mamá, quiero ponerme el vestido verde pero está demasiado sucio que no era verdad ni mucho menos. En otras palabras, siguió exactamente el mismo programa que se presenta aquÃ. Hizo como si no oyese, desobedeció deliberadamente y luego se hizo la hipócrita, haciendo como si estuviese perfectamente bien desobedecer de ese modo. ¡Con cuánta exactitud capta esto las tendencias inherentemente engañosas de nuestros corazones!
Pero ahora Dios deja claro que el resultado será la ceguera ante la verdad; y que finalmente, perderán su habilidad para ver y oÃr. Esto ha sido claramente explicado en los capÃtulos 9 y 10, en los que aparece la ceguera del pueblo y justo en medio de esto, encontramos la primera de varias visiones sorprendentemente exactas de la venida del MesÃas (capÃtulo 9, versÃculo 9):
"¡Alégrate mucho, oh hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, oh hija de Jerusalén! He aquÃ, tu rey viene a ti, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borriquillo, hijo de asna."
Y recordarán ustedes cómo esas palabras se cumplieron literalmente en el Nuevo Testamento cuando nuestro Señor mandó a sus discÃpulos a buscar al borriquillo y el asna y montó sobre el asna y lo cabalgó en triunfo en las calles de Jerusalén con el pueblo ante él gritando "¡Hosanna al Hijo de David! Bendito el que viene en el nombre del Señor! (Mat. 21:9) cumpliendo exacta e inconscientemente esta profecÃa de ZacarÃas. "He aquà tu rey viene a ti triunfante y glorioso y le conoceremos porque vendrá sobre un asna acompañada de un pollino.
Pero a pesar de ello, no le conocieron ni le reconocieron aunque vino de una manera tan extraordinaria y al acercarse a Jerusalén, lloró al contemplar aquella ciudad impenitente y dijo estas palabras asombrosas: "¡Oh, si conocieses tú también por lo menos en éste tu dÃa, lo que conduce a tu paz! Pero ahora está encubierto a tus ojos. (Lucas 19:42) Eso es lo que sucede cuando Dios actúa en nuestras vidas y no le escuchamos, perdiendo la habilidad de oÃr y estas cosas quedan ocultas a nuestros ojos, por lo que el juicio por la ceguera cayó sobre estas gentes.
En el capÃtulo 11, después de muchos desaires, el MesÃas, hablando de nuevo por boca del profeta, pronuncia estas sorprendentes palabras (versÃculo 12):
"Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo., Y pesaron por salario treinta shekels (o piezas) de plata."
¿Qué precio habÃa acordado Judas por traicionar a nuestro Señor? Treinta shekels de plata. Según la ley, si un esclavo era herido por un toro, el dueño del toro tenÃa que arreglar el asunto pagando a su vecino treinta shekels de plata. En este caso el MesÃas le dice a estas gentes: "Está bien, si me queréis decidlo, y si no, dadme mi salario. ¿Cuánto creéis que valgo en vuestra opinión? Y pesaron su precio en treinta shekels de plata.
A continuación se habla del segundo resultado de un corazón y una vida en la que no hay arrepentimiento (capÃtulo 11, versÃculos 15 a 17):
"Entonces JEHOVA me dijo: Toma además la bolsa de un pastor insensato, porque he aquà que yo levanto en la tierra a un pastor que no atenderá a la descarriada, ni buscará a la perdida, ni curará a la perniquebrada. No mantendrá a la que está en pie, sino que se comerá la carne de la engordada y romperá sus pezuñas. ¡Ay del pastor inútil que abandona el rebaño! La espada hiera su brazo y su ojo derecho. Séquese del todo su brazo y oscurézcase por completo su ojo derecho."
En otras palabras, si rechazamos al verdadero pastor, Dios permitirá que tengamos un pastor falso. Una vez más fue el propio Jesús quien dijo a los fariseos, aquellos ciegos fariseos de su tiempo: "Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibÃs. Si otro viene en su propio nombre, a aquel recibiréis.(Juan 5:43) Ese es el personaje acerca del cual nos habla Pablo en Tesalonicenses, llamado el hombre de iniquidad, que viene a Israel como su libertador y es recibido como el MesÃas, pero resulta ser el antiMesÃas, lo que conocemos como el antiCristo, el falso pastor que viene cuando ellos rechazan y niegan la verdad (2ª Tes. 2:3ff)
Yo me he asombrado ante el gran número de personas que se dejan engañar por las sectas anticristianas que abundan en la actualidad. ¿A qué es debido? Me he encontrado una y otra vez con que lo han hecho debido a que han rechazado alguna oportunidad de escuchar a la verdad y el resultado es que caen en las garras de lo que suena como la verdad, pero que no es otra cosa que una mentira. Como dice Pablo: "Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira...a todos los que no creyeron a la verdad. (2ª Tes. 2:11)
Ahora llegamos a la última sección, de los capÃtulos 12 al 14, donde encontramos esta preciosa imagen de Dios hallando un camino de regreso a las vidas de su pueblo, que comienza con estas palabras (capÃtulo 12, versÃculos 2, 3):
"He aquà que yo haré de Jerusalén una copa de vértigo para todos los pueblos de alrededor. Pero también será contra Judá durante el asedio contra Jerusalén. Sucederá en aquel dÃa que yo haré de Jerusalén una piedra pesada para todos los pueblos; todos los que la levanten de hecho quedarán lacerados. Y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella."
Según las Escrituras, los dÃas más aciagos de Jerusalén se encuentran aún en el futuro. Se convertirá en una carga para las naciones, una gravosa piedra de tropiezo, dicen las Escrituras proféticas. Los pueblos de las naciones no permitirán que se haga caso omiso de él. Ha aseverado que llegará a la conciencia humana y sucederá de este modo (versÃculos 9, 10):
"En aquel dÃa sucederá que buscaré destruir a todos los pueblos que vengan contra Jerusalén. Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espÃritu de gracia y de súplica. Mirarán al que traspasaron y harán duelo por él con duelo como por hijo único, afligiéndose por él como quien se aflige por un primogénito."
¿No es eso asombroso? Israel rechazando en su ceguera al MesÃas y negándose a reconocer al que Dios les envió, no dándose nunca cuenta de que Aquel al que traspasaron vuelve de nuevo y cuando lo haga, les dirá estas palabras (capÃtulo 13, versÃculo 6):
"Le preguntarán: ¿Qué heridas son éstas en tus manos?, [en otras versiones dice "en tu espalda] Y él responderá: Con ellas fui herido en la casa de mis amigos."
Esto enlaza perfectamente con la descriptiva y gráfica secuencia del capÃtulo 14 (versÃculos 1-4):
"He aquà que viene el dÃa de JEHOVA, y tus despojos serán repartidos en medio de ti. Porque yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén. La ciudad será tomada, las casas saqueadas y las mujeres violadas. La mitad de la ciudad irá en cautividad, pero el resto del pueblo no será eliminado de la ciudad. Entonces saldrá JEHOVA y combatirá contra aquellos pueblos, como combatió en el dÃa de la batalla. En aquel dÃa sus pies se asentarán sobre el monte de los Olivos... Recordarán ustedes que ese fue el lugar en el que Jesús estuvo en esta tierra cuando fue con sus discÃpulos al Monte de los Olivos y mientras ellos le contemplaban fue llevado de delante de sus ojos a los cielos y un ángel que estaba allà les dijo: "Este Jesús, quien fue tomado de vosotros arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le habéis visto ir al cielo." (Hechos 1:11)
"En aquel dÃa sus pies se asentarán sobre el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al lado oriental. El monte de los Olivos se partirá por la mitad, de este a oeste, formando un valle muy grande, pues la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. Y el valle de los montes llegará hasta Azal. Y huiréis como huisteis a causa del terremoto que hubo en los dÃas de UzÃas, rey de Judá. Asà vendrá JEHOVA mi Dios, y todos sus santos con él."
Hace mucho que los geólogos saben que una de las mayores fallas de la superficie de la tierra pasa justo por el Monte de los Olivos. La montaña se partirá por la mitad ¿y luego qué? Cuando Israel haya visto a su MesÃas y haya hecho duelo por Aquel al que traspasaron y hayan reconocido con un gran duelo que le dieron la espalda al que fue enviado por Dios, entonces leemos (capÃtulo 14, versÃculos 8, 9):
"Acontecerá también en aquel dÃa que de Jerusalén saldrán aguas vivas. La mitad de ellas irán hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental, tanto en verano como en invierno. Entonces JEHOVA será rey sobre toda la tierra. En aquel dÃa JEHOVA será único, y Unico será su nombre."
Esta es una imagen de la gloria que llenará la tierra en los dÃas en el que Dios reine por medio de su Hijo como rey.
El libro acaba con estas preciosas palabras (versÃculos 20, 21):
"En aquel dÃa estará grabado sobre las campanillas de los caballos: Consagrado a JEHOVA. Las ollas de la casa de JEHOVA serán como los tazones del altar. Toda olla en Jerusalén y en Judá estará consagrada a JEHOVA de los Ejércitos. Todos los que sacrifiquen vendrán, las tomarán y cocinarán en ellas. Y en aquel dÃa no habrá más mercaderes en la casa de JEHOVA de los Ejércitos."
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